Cuatro profesionales del Centro Penitenciario de Araba protagonizaron ayer una actuación decisiva al rescatar a un interno que había prendido fuego a su propia celda, un incidente que generó una gran cantidad de humo y que pudo tener consecuencias irreversibles para su vida. Los funcionarios —tres hombres y una mujer— quedaron en observación durante varias horas en un centro hospitalario de Vitoria por posible inhalación de humo, aunque posteriormente pasaron la noche en sus domicilios.
Los hechos ocurrieron a primera hora del martes, cuando el interno, en prisión preventiva por un presunto homicidio cometido en otra comunidad autónoma, advirtió al personal del módulo de que iba a quemar su celda. Minutos después cumplió su amenaza, prendiendo fuego al colchón y provocando un intenso humo que redujo drásticamente la visibilidad.
Pese al riesgo, el equipo de funcionarios del módulo accedió a la celda de inmediato para evitar un desenlace fatal. Lograron evacuar al recluso sin que sufriera daños graves, y posteriormente fueron atendidos en el hospital por precaución. La dirección del centro y el responsable de Centros Penitenciarios del Departamento de Justicia y Derechos Humanos acudieron a visitarlos y supervisar su evolución.
La consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, felicitó hoy a los cuatro profesionales por su intervención, destacando que su “actuación ejemplar” evitó daños irreparables en el interno y se llevó a cabo “poniendo en peligro su propia integridad”.
El preso, que también puso en riesgo la vida del personal penitenciario con su conducta, continúa en situación de preventiva en Araba mientras se tramita su traslado a la comunidad autónoma en la que se instruye la causa por homicidio. Una investigación interna tratará ahora de esclarecer las razones que le llevaron a provocar el incendio.







