La infidelidad se da por muchas razones pero si hay algo que multiplica las posibilidades de ser infieles, son las discusiones de pareja y estas se han multiplicado desde que comenzó la pandemia por la tensión y ansiedad del confinamiento y las posteriores restricciones que nos impiden hacer vida normal. Es el momento ideal, la infidelidad espera agazapada hasta que llega una discusión fuerte de pareja, normalmente por algo pequeño y aparentemente sin importancia que se escala hasta límites insospechados y que acaba con la típica metedura de pata por parte de uno de los miembros de la pareja, o de ambos.
Se debe tener mucho temple (y cuidado) con las pequeñas discusiones que se escalan sin sentido, porque son campo fértil de situaciones o acciones más graves para la pareja. Como en la mayoría de los casos, este tipo de discusiones no tienen mayor razón de ser que ganar una pequeña batalla, normalmente no hay vencedores ni consuelo porque resulta imposible encontrar razones de peso para desenmarañar el enredo.
El siguiente paso es el desahogo en hombro amigo. Los miembros de la pareja buscan en quién apoyarse, habitualmente alguien que les vaya a dar la razón. Aunque en ocasiones, simplemente surge. Este es el primer escollo que se debe salvar, cuando la casualidad lleva al hombro inadecuado, el de ese compañero o compañera de trabajo que siempre está al acecho. Oportunidad de oro para escuchar lo que se quiere oír, que el momento lleve a otro lugar más apropiado o íntimo para hablar con mayor tranquilidad y sin darse cuenta el compañero de trabajo de turno se ha abalanzado encontrando, sin saber bien cómo, complicidad y predisposición.
Aunque este tropezón no lo protagonizan en exclusividad los compañeros de trabajo, hay personas (desconocidas) muy inoportunas que se encuentran siempre en el momento y en el lugar adecuados y son el depredador perfecto para una víctima predispuesta.
En el caso de los hombres se suma una opción adicional. Llamar a los amigos para desfogarse es una alternativa que siempre está ahí y que siempre pasa por la barra de un bar. Una cosa lleva a la otra y, de nuevo como ocurre casi siempre en la infidelidad, sin darse cuenta el miembro de la pareja encuentra la solución en una llamada a una profesional. Las escort de La Rioja son auténticas expertas en cuestiones de pareja, algunas han escuchado a muchos hombres incluso más que sus parejas.
Hay diferentes tipos de infidelidad, a veces incluso se fuerza la disputa para tener una excusa para hacer algo que sabemos que está mal. Siempre está al acecho y siempre le damos trato de “metedura de pata” aunque venga normalmente acompañada de grandes dosis de consciencia y premeditación.