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Homenaje al pintor pamplonés Julio Martín-Caro Soto con una placa en la calle Dormitalería

Julio Martín-Caro formó parte de los artistas que impulsaron la nueva figuración española de principios de la década de 1960 El Ayuntamiento de Pamplona ha rendido hoy homenaje al pintor pamplonés Julio Martín-Caro Soto (Pamplona, 1933 – Madrid, 1968) con la colocación de una placa en la calle Dormitalería número 34, lugar en donde se […]

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Julio Martín-Caro formó parte de los artistas que impulsaron la nueva figuración española de principios de la década de 1960

El Ayuntamiento de Pamplona ha rendido hoy homenaje al pintor pamplonés Julio Martín-Caro Soto (Pamplona, 1933 – Madrid, 1968) con la colocación de una placa en la calle Dormitalería número 34, lugar en donde se encuentra la casa en la que nació y vivió. En el acto han estado presentes el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, miembros de la corporación municipal y familiares de Julio, entre ellos, su hermano Enrique Martín- Caro Soto, quien ha sido el impulsor de la iniciativa. También se han unido al homenaje distintos pintores y escritores.

Julio Martín-Caro destacó por su calidad como pintor y grabador. Formó parte del grupo de artistas que, desde Madrid, impulsó la nueva figuración española que se desarrolló a principios de la década de 1960 y que supuso una reacción frente a las tendencias informalistas abstractas. Fue contemporáneo de artistas referenciales de esta renovación del arte español, como Saura, Barjola, Mateos, Medina, Vento y Fraile.

Tras el acto de hoy, tal y como ha señalado el alcalde, se une a otros pamploneses ilustres, como Pablo Sarasate, Sabicas, el maestro Turrillas, Los Iruñako, el cineasta Antonio José Ruiz o el escritor Manuel Iribarren, entre otros.

Becado por Príncipe de Viana y la Fundación March en Venecia

Julio Martín-Caro fue un destacado pintor, nacido en Pamplona el 31 de enero de 1933 y fallecido en Madrid el 30 de marzo de 1968. En 1953, ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), donde fue alumno, entre otros, de Manuel Gutiérrez Navas, Pancho Cossío y Carlos Pascual de Lara, con quien colaboró en las pinturas murales del Teatro Real de Madrid. En esos años de formación fue un visitante asiduo del Museo del Prado y estudió con detenimiento la obra de El Greco, Zurbarán y Goya, artistas cuya influencia puede detectarse en su obra.

El informe del técnico de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Pamplona también destaca que, en 1959, con la recomendación del destacado pintor Daniel Vázquez Díaz, obtuvo una beca extraordinaria de la Institución Príncipe de Viana de la Diputación Foral de Navarra y fue pensionado por la Fundación March para ampliar estudios de pintura al fresco en la Escuela de Bellas Artes de Venecia, dirigida por el destacado muralista Bruno Saetti. En 1960 recibió el título de Mestre de Pintura de Italia y se convirtió en ayudante de cátedra de Bruno Saetti en la Facultad de Bellas Artes de Venecia.

La figura de Martín-Caro se sitúa en la vanguardia de la nueva figuración expresionista española que eclosionará con el grupo El Paso. Se trata de un artista cuyas obras expresan las preocupaciones existenciales del hombre moderno, la soledad y el aislamiento. Sus obras están cargadas de una desgarrada expresividad, realizadas con un gran conocimiento de las posibilidades expresivas de la técnica del fresco, el temple, el óleo y el grabado. Todo ello le hizo merecer una reconocimiento nacional e internacional cuya prematura muerte a los 35 años de edad impidió continuar desarrollando.

Exposiciones por todos el mundo y diversos premios

En su corta trayectoria plástica realizó numerosas exposiciones individuales, destacando las celebradas en Madrid (1956) y Pamplona (1957), llegando a exponer, entre otros lugares, en Venecia, París, Copenhague, Alejandría, México y Nueva York. Su obra se encuentra en importantes colecciones de Venezuela, Estados Unidos, Italia y España. Destacan entre ellas, la Biblioteca del Congreso de Washington, el Museo de Arte Moderno de Johannesburgo, así como el Museo Español de Arte Contemporáneo, el Museo de Navarra y la Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona.

Martín-Caro obtuvo importantes premios como la Tercera Medalla en el Salón de Otoño de Madrid (1955); el Premio del Ayuntamiento de Madrid (1955); la Segunda Medalla en el Salón de Otoño de Madrid (1957); el Premio Mestre de Pintura, Italia (1960); el Premio en Exposición Bayona-Pamplona (1960) y el Premio Ciudad de Pamplona (1962).

Reconocer una figura que trabajó fuera y apostó por la vanguardia

La evolución estilística del pintor recorre rápidamente diversas etapas, tal como se reseña en la Gran Enciclopedia Navarra: “Comenzó por concebir sus temas de forma impresionista. Le atrajo a continuación el postimpresionismo, con una influencia de Van Gogh en la expresión cromática y de Cézanne en la simplificación de volúmenes y planos… Se interesó también por la pintura descarnada de Gutiérrez Solana. La relación con Saetti, sin embargo, le fue trascendental, pues por un lado profundizó en las técnicas de pintura mural “a la veneciana”, que harían ganar en expresividad sus representaciones, y por otro el fuerte patetismo del pintor boloñés -que deformaba la figura hasta rozar el arte abstracto- empujole aún más al expresionismo, que en esos años venían impulsando artistas como Bacon, Dubuffet y De Kooning”.

El informe municipal pone en valor su figura reseñando que debido a que su desarrollo artístico se produjo fundamentalmente en Madrid y en el extranjero, así como al carácter vanguardista de sus obras, su figura no fue conocida y apreciada en el contexto navarro hasta años después de su fallecimiento. Sobre todo, fue a partir de las publicaciones realizadas por la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, “Julio Martín-Caro, a los 10 años de su muerte” o la importante monografía de 1994, que favorecieron el reconocimiento local a la calidad de su obra.

Pamplona, 28 de junio de 2021

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