María Requena, natural de Pamplona, acaba de terminar 4º de Medicina en la Universidad de Navarra. Durante dos semanas del mes de julio ha viajado a Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, donde ha colaborado en un cribado ginecológico que trata de prevenir una de las enfermedades tumorales más mortales para la mujer congoleña: el cáncer de cuello uterino. El proyecto está impulsado por la ONG Amigos de Monkole.
El equipo médico ha estado formado por seis profesionales sanitarios la mayoría de la Clínica Universidad de Navarra- y ocho estudiantes de Medicina, junto con María. El nombre del programa es Elikia, que significa ‘esperanza’ en el idioma lingala y desde hace ocho años lo coordina el Dr. Luis Chiva, director del departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra.
María Requena, 22 años, viajó al corazón de África con la intención de ayudar en el proyecto médico: “En el Congo la gente vive muy al día. Las mujeres solo van a la consulta cuando se encuentran muy mal”, comenta la navarra. ”Además de tratar a pacientes, hemos intentado formar a las mujeres para que se preocupen más por la prevención. Así, evitamos los tumores avanzados que pudimos ver los primeros días”.
En la República Democrática del Congo, cerca del 100 % de los casos del cáncer de cérvix los produce el Virus del Papiloma Humano (VPH). El cribado que ha instaurado Elikia en el Hospital de Monkole localiza a las pacientes con el VPH (VPH) y erradica el virus en su forma precancerosa, antes de que sea demasiado tarde.
María explica en qué consistía el cribado: “Las pacientes pasaban por la consulta; les hacíamos una inspección visual y diferentes pruebas que mandábamos al laboratorio que pusimos allí para facilitarles los resultados el mismo día. Muchas pacientes venían de muy lejos y otras no estaban acostumbradas a la revisión médica, por eso resulta muy importante verlas, diagnosticarlas y tratarlas en la misma jornada”. A las mujeres que sí presentan el VPH se las trata mediante termoablación, un procedimiento recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2019: “Consiste en introducir, una especie de pequeña pistola que quema las lesiones durante un minuto. Deja una quemadura blanquecina y nos asegura que hemos acabado con el virus”.
María Requena admite haber echado de menos las fiestas de San Fermín: “Durante el desayuno, antes de ponernos a trabajar, veíamos rápidamente el encierro. Sin embargo, no podía perderme la oportunidad de venir al Congo, a la vez hemos disfrutado de un ambiente muy navarro allí, hemos cantado alguna jota y llevábamos el pañuelico”. Ha vuelto a España muy satisfecha después de dos semanas de trabajo y de haber visto con el equipo a 535 pacientes.