El Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CCUN) ha añadido un espectrómetro de masas a sus equipos actuales de diagnóstico. Esta herramienta permite detectar de rutina -y con mayor precisión que otros métodos convencionales- si los pacientes con mieloma múltiple, tras el oportuno tratamiento, tienen enfermedad mínima residual, es decir, una cantidad mínima de la proteína mielomatosa, que pasaría desapercibida si se mide con los métodos tradicionales y que podría ser indicativa de un mayor riesgo de recaída.
El Dr. Álvaro González, director del Servicio de Bioquímica Clínica de la Clínica Universidad de Navarra, señala que, con el espectrómetro de masas “se consigue una mayor sensibilidad en el diagnóstico que ayuda más específicamente a detectar posibles recidivas, ya que permite al clínico actuar de forma más temprana y adecuada para cada paciente. Por eso, la atención mejora de manera muy notable con esta técnica”.
El mieloma múltiple es el segundo tipo de cáncer hematológico más frecuente en el mundo. Según los datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, en España se diagnosticaron en 2023 más de 3.500 casos. Esta enfermedad, cuyo tratamiento ha avanzado notablemente en los últimos años, es un tipo de gammapatía monoclonal, una afección que se caracteriza por una proliferación anormal de células plasmáticas tumorales en la médula ósea, lo que provoca el aumento de una proteína monoclonal en la sangre y en la orina. El espectrómetro de masas consigue detectar con mayor precisión la posible existencia de estas proteínas, lo que significaría la presencia de células cancerosas en el organismo.
La Dra. Paula Rodríguez Otero, especialista del Área de Cáncer Hematológico del CCUN, explica que “gracias a los avances terapéuticos de los últimos años, muchos pacientes están alcanzando concentraciones de proteínas monoclonales por debajo de los límites detectables con técnicas convencionales. En cambio, con esta tecnología conseguimos detectar la proteína mielomatosa residual, evitando realizar, en muchos casos, técnicas invasivas de biopsia de médula ósea”.
Una nueva tecnología al servicio del paciente
Los últimos años han traído importantes avances en el tratamiento del mieloma que, en muchos casos, han permitido alargar la esperanza de vida. Según el Dr. Jesús San Miguel, consultor senior del CCUN y reconocido experto internacional en mieloma múltiple, “hoy en día podemos estimar que, aproximadamente, entre el 20 % y el 30 % de los pacientes con esta enfermedad pueden estar funcionalmente curados, es decir con supervivencias libres de progresión de más de 10 años. Esperamos que esos porcentajes aumenten con procedimientos de vanguardia basados en inmunoterapia, incluyendo anticuerpos biespecificos y células CAR-T". Los especialistas consideran supervivencia libre de progresión el tiempo en el que el paciente vive en respuesta o con la enfermedad controlada hasta el momento en el que ésta vuelve a progresar.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), además, ha aprobado recientemente, que la detección de enfermedad mínima residual en médula ósea por técnicas de citometría de flujo o de secuenciación de alta sensibilidad, pueda convertirse en un marcador para la aprobación precoz de nuevos fármacos, al considerar las tasas de enfermedad mínima residual negativa como objetivo primario en los nuevos ensayos clínicos. Esta decisión puede suponer acortar en varios años el tiempo que se necesita para demostrar que un nuevo esquema de tratamiento es superior al estándar que hasta ese momento se utilizaba. La aprobación por parte de la FDA se ha basado en el informe elaborado por el consorcio internacional i2TEAMM del que forma parte el CCUN.