El Athletic Club somete a la Roma en su primera final en busca de la Europa League en San Mamés. Lo ha hecho en el césped y la grada ante la poderosa AS Roma de Ranieri, que no perdía desde diciembre. El 3-1, volteando el 2-1 de la ida, se fraguó en torno a una temprana expulsión de Hummels provocada por Maroan. Hubo que tener paciencia para doblegar a los italianos. Con Nico Williams todo es más sencillo. El genio rojiblanco abrió y cerró la cuenta goleadora, con un oportuno remate al segundo palo y una jugada de exposición, de esas que les gusta a los niños provocar con el mando de la Play Station. Yuri, con un cabezazo de exposición, hizo el bendito 2-0. El penalti transformado en el descuento por Leandro Paredes quedó en el anecdotario.
Este equipo tiene hambre, fe y juego. Y así saltó al campo para embotellar a la Roma, a la que no dio tregua en todo el encuentro. Cierto es que la expulsión directa de Hummels, en una pérdida de balón que Maroan transformó en la jugada clave de la eliminatoria, allanó mucho la noche desde el minuto 10. Al colegiado francés Clément Turpin no le tembló el pulso.
Ahí empezó otro partido. Maroan malogró un claro mano a mano y Nico se sacó de la chistera una gran acción que estampó contra el poste cuando el gol se cantaba en un San Mamés que ejerció de verdadero jugador número 12. Svilar parecía un muro, a disparos de Maroan, Aitor Paredes… Y llegó el momento clave, en la última acción de la primera mitad, cuando Iñaki puso un balón en el área, lo prolongó Maroan y Nico rompió la pelota a las mallas.
El 1-0 hacía coger aire. Tocaba tener paciencia, porque los italianos, replegados, esperaban jugar sus bazas en una contra o balón parado. Shomurodov obligó a Julen a desviar a córner. De seguido, Berenguer tuvo en un contragolpe el 2-0, pero Svilar hizo la parada de la noche.
Tuvo que ser en un balón parado, en un córner de Berenguer, en el que el Athletic se puso en ventaja. Yuri Berchiche, con un cabezazo precioso al primer palo, puso a botar a San Mamés. Era el minuto 67, quedaba mucho, pero el Athletic, con un colosal Núñez en defensa acompañado primero de Paredes y luego por Lekue. Hizo falta un tercero, en una salida explosiva del lateral, que conectó con Nico. Su jugadón llevó al éxtasis a la grada. Bendito doblete. Y es que hizo falta por la laguna final, un penalti sobre El Shaarawy que transformó Leandro Paredes. La celebración fue de las de época. Los cuartos de final empezarán fuera, el 10 y el 17 de abril.