El segundo entrenador de Osasuna, Dani Pendín, compartió su frustración y análisis tras la derrota por 4-0 contra el Real Madrid en el Bernabéu, en un partido donde los rojillos no lograron hacer frente a la intensidad y pegada de su rival. Pendín habló de la desilusión que siente tanto el equipo como la afición, especialmente por los seguidores que se desplazaron hasta Madrid con grandes expectativas.
«Estamos muy dolidos, por nosotros y por la gente que ha venido a apoyarnos. Hay un poco de bronca, porque este partido es muy importante para nosotros. Sabemos la rivalidad que hay, y la gente tenía muchas esperanzas en nosotros de hacer un buen papel», explicó el entrenador, reflejando la autocrítica y la desazón del vestuario tras el encuentro.
Pendín describió cómo el partido dio un giro con el gol de Bellingham, un destello que cambió radicalmente el rumbo del juego. «La sensación era que el partido estaba controlado, estábamos llegando, pero podríamos haber hecho mucho más en la primera parte», admitió. Pese a un inicio competitivo, el equipo navarro se fue al descanso con un 2-0 en contra, resultado que Pendín atribuyó a la capacidad del Real Madrid de hacer daño en cualquier jugada. «Para venir aquí tenemos que ser otro equipo, y creíamos que lo podíamos hacer mejor», señaló.
La segunda mitad no trajo la redención que Osasuna buscaba, especialmente tras el tercer gol que selló las aspiraciones de los rojillos. Pendín lamentó la acción en la que Vinícius, tras un córner a favor de Osasuna, protagonizó una contra letal que prácticamente sentenció el partido. Aunque el equipo aún creía en la posibilidad de meterse en el partido con un hipotético 2-1, el tercer gol fue un golpe definitivo para el ánimo de los jugadores.