El viaducto construido para salvar el río Leza dentro de las obras de la segunda fase de la variante de Murillo del río Leza en la LR -259 ha superado con éxito la prueba de carga a la que se ha sometido esta infraestructura para comprobar su consistencia y operatividad. Se trata del elemento fundamental de la nueva circunvalación de Murillo, la actuación más importante en materia de carreteras del Gobierno de Concha Andreu, con una inversión de 9 millones de euros que estará abierta al trafico el próximo mes de marzo.
El director general de Infraestructuras, Vicente Urquía, y los responsables técnicos de la obra, han asistido hoy a las maniobras realizadas por una sucesión de 6 camiones que portaban una carga de 26 toneladas cada uno y que han ido situándose sobre el tablero del viaducto para comprobar el perfecto comportamiento de la estructura construida y la respuesta a una carga de 156 toneladas en cada uno de sus vanos.
El viaducto de la variante testado hoy salva el cauce del río Leza con un puente de 173 metros de longitud y 15 metros de altura. Esta nueva infraestructura consta de dos vanos de 25 metros y tres de 41 metros, y cuenta con dos vigas en artesa prefabricadas de hormigón pretensado y 2 metros de canto, apoyadas en pilas prefabricadas y sobre las que se ha construido una losa de hormigón de 13 metros de anchura rematada con los reglamentarios pretiles de contención para evitar posibles caídas de vehículos.
Comunicar Murillo sacando el tráfico pesado de la población
Esta variante, incluida en el nuevo Plan de Carreteras de La Rioja 2023-2030, es una infraestructura fundamental para Murillo de Río Leza que permite solventar el problema de tráfico existente, ya que saca de la población un importante tráfico de paso y el tráfico pesado, por los que contribuye al desarrollo de la localidad, a la seguridad de la ciudadanía y a mejorar la comunicación de Murillo de Río Leza con el área metropolitana de Logroño, así como con otras zonas de La Rioja como los valles de Ocón y de Jubera.
En opinión del director general, “la construcción de esta segunda fase servirá para evitar que el tráfico de las carreteras LR-259 y LR-261, sobre todo de vehículos pesados, pase por su núcleo urbano. Así, la nueva circunvalación permitirá, cuando esté acabada del todo, canalizar los tráficos de estas dos vías salvando los ríos Leza y Jubera”
Plazo de ejecución de 18 meses
La UTE Murillo II, formada por las constructoras Ismael Andrés y Riojana de Asfaltos, es la responsable de ejecutar los trabajos de la segunda fase, que comenzaron el 15 de noviembre de 2021 y que se finalizarán el mes de marzo, dos meses antes del plazo previsto de ejecución de 18 meses y un importe cercano a los 9 millones de euros. En la actualidad, se ha ejecutado ya el 90% de su presupuesto y las obras avanzan conforme a los tiempos previstos.
La primera fase de la construcción de esta nueva vía se inició en 2017 y finalizó en abril de 2019. La intervención consistió en salvar el río Jubera, enlazando la LR-261 de Murillo a Ventas Blancas con la carretera LR-259 que va de Murillo a Galilea, consiguiendo, de este modo, evitar el paso por Murillo de río Leza de camiones procedentes del valle del Jubera en su búsqueda de la autopista o de la N-232.
La segunda fase de la variante de Murillo de río Leza consiste en un trazado de nueva construcción, de 2,8 kilómetros de longitud y dos carriles de 3,5 metros. Parte del punto kilométrico 6+200 de la LR-259, donde se va a construir una glorieta de 30 metros de radio interior y 40 metros de radio exterior, que describe un arco hacia el sur para, después de salvar el cauce del río Leza mediante el viaducto testado hoy, terminar en la glorieta, de iguales características, ya existente de la carretera LR-261 y enlazar con la primera fase ya construida. En total, incluyendo las dos fases, la nueva variante de la localidad tendrá una longitud de 6,25 kilómetros.
