La industria turística ha sido uno de los principales motores económicos en Barcelona, atrayendo millones de visitantes cada año. Sin embargo, este crecimiento ha generado importantes retos en términos de gestión urbana, sostenibilidad y preservación del patrimonio cultural. Las normativas locales han tenido que adaptarse para equilibrar la promoción del sector con la protección de los recursos naturales y la calidad de vida de los residentes.
Actualmente, las regulaciones en torno a los alojamientos turísticos y el uso del espacio urbano son clave para gestionar la masificación y sus impactos.
Regulaciones para un turismo sostenible
COPLÓ ORDÁS, despacho especializado en derecho inmobiliario y urbanismo, ofrece asesoramiento integral para asegurar que las empresas del sector turístico y los propietarios de inmuebles cumplan con la normativa vigente. Este cumplimiento es fundamental para mantener la sostenibilidad en la industria y minimizar su huella ambiental. La firma se distingue por su enfoque en la adecuación de inmuebles y la gestión responsable de los recursos, en un contexto donde las leyes están en constante evolución.
“El equilibrio entre el desarrollo turístico y la sostenibilidad es una prioridad en Barcelona”, comenta Viviana Copló Ordás, directora del despacho. “Asesoramos a nuestros clientes para que puedan cumplir con las regulaciones locales, contribuyendo a un turismo responsable y sostenible”, agrega.
Medidas para mejorar la sostenibilidad del turismo en Barcelona
La industria turística en Barcelona ha tenido que adaptarse a nuevas exigencias, como la limitación de licencias para alojamientos turísticos y la promoción de prácticas más sostenibles. COPLÓ ORDÁS juega un papel crucial en la asesoría a propietarios y empresas para la implementación de estas medidas, que incluyen el uso de tecnologías de eficiencia energética y la mejora de la infraestructura urbana.
A medida que la ciudad avanza hacia un modelo más equilibrado de desarrollo turístico, la labor de COPLÓ ORDÁS en la interpretación y aplicación de las normativas resulta esencial para garantizar que las empresas puedan prosperar mientras respetan el entorno y el patrimonio cultural de Barcelona.
