Recuerdo en la última primavera, la voz suave y serena de Jesús Mauleón en el Nuevo Casino, junto a Víctor Manuel Arbeloa, recitando poemas sobre la emigración española en Alemania. Él, tan grande en lo literario, escritor -finalista al premio Nadal en 1984-, poeta, ensayista, teólogo y experto en Germanística, y tan sencillo en lo humano, tan humilde en lo creativo, que parecía portar alas de ángel sobre sí. Siempre fue un ser humano conmovido ante la vida.
"Empieza dentro de pocos días la Feria de la Edición en Navarra. Un recuerdo para Jesús Mauleón sería un bonito gesto ante su reciente fallecimiento"Para una poeta donostiarra recién llegada a Navarra, allá por el año 2.000, descubrir a Jesús Mauleón de la mano de Tomás Yerro fue un filón. Toda una veta de sabiduría, sobre todo poética, ante la que se atisbaba un amor infinito a Navarra, a sus gentes, al Osasuna, a Dios y los vulnerables, que precisan nuestra ayuda humana y espiritual.
Mauléon está ya en la Historia de Navarra. No solo por ser fundador de una revista como Río Arga, de la que fue director, como Yerro, Corpas, Arbeloa o Gil Izco, no solo por ser también alma mater del Ateneo Navarro, no solo por su labor pastoral como sacerdote en Peralta, Unzu, Navaz…etc., sino porque a Mauleón hay que considerarle maestro de poetas, de todos nosotros, de todas nosotras. Inspirador y maestro del que aprender con obras como Ese debido llanto, Osasuna se traduce la salud, Escribe por tu herida y, en un lugar muy destacado, La luna del emigrante.
En unos momentos históricos, donde el tema de la emigración está en primer término del debate social y político, él “clavó un puño de temblor sobre la piel del mundo” (Escribe por tu herida, 2005). Sin olvidar su faceta como educador, en la Literatura (casi veinte años fue profesor de esta disciplina) y en la Filosofía, nos encontramos con un alma que vuelve a su seno, que vuelve a Dios.
No le hemos perdido. Como tantas otras veces dije, cuando se nos fueron Tomás Yerro, Mario Zunzarren, Javier Rey, Julia Guerra, Jesús Górriz, Mercedes Viñuela, viven en sus obras. Libros, versos, prosas, textos, que deben ser cuidados y citados por esta Comunidad Foral tan prolífica en poetas, tan provechosa a la hora de ofrecer literatos, hombres y mujeres, al mundo y tan poco dada a reconocerlos, excepto en contadas ocasiones.
Empieza dentro de pocos días la Feria de la Edición en Navarra. Un recuerdo para Jesús Mauleón sería un bonito gesto ante su reciente fallecimiento.
Mientras tanto, Jesús, te envío un beso sobre tu pulcra mejilla. Nunca supiste quién era esa donostiarra que te miraba con embeleso al recitar La luna del emigrante, pero sí intuiste siempre que nos hermanaban los versos. Ahora que caigo, va a estar el infinito lleno de estrofas navarras. Tu cielo debe ser como la Plaza del Castillo en vísperas del Chupinazo: encuentros entre amigos, sonrisas y abrazos; y alguna que otra rima que nos recuerde que Navarra se traduce amor.
Por Fátima Frutos