El ADN ambiental es el material genético que los organismos vivos liberan al entorno en el que habitan. Este ADN se encuentra disperso en medios como el agua, el suelo o el aire y puede ser liberado a través de diversas fuentes, como células de la piel, heces, orina, escamas, mucosas o pelo.
Rafael Miranda, investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente, se ha reunido con el investigador Ignacio Doadrio y otros integrantes del Museo de Ciencias Naturales de Madrid para probar en el río Sadar una metodología puntera en la obtención de este ADN ambiental. Tomando muestras de agua del río, esta técnica posibilita extraer abundante información de los peces que lo habitan, permitiendo que cada día se conozca más sobre la biomasa de los hábitats estudiados. El siguiente paso será conocer caracteres como el número de juveniles, el número de adultos o el sexo de los individuos a través del ADN y ARN obtenido en los muestreos.
Este tipo de estudios nos permite conocer mejor el estado de salud de los ríos de una forma menos dañina para el medio, qué es lo que les está pasando a sus habitantes y, en último término, avanzar obteniendo conocimiento para desarrollar medidas concretas y eficientes en la conservación de los ríos.
Esta acción forma parte del trabajo del Living Lab “Monitorización fluvial: Río Sadar” en el marco de la Cátedra Campus Home, un proyecto más amplio que, entre otras cosas, se centra en estudiar la biodiversidad dulceacuícola del mismo y busca emplear el campus de la Universidad de Navarra como un lugar de experimentación.