La presidenta de la Comunidad Foral, María Chivite Navascués, ha presidido este sábado el homenaje al antiguo Reyno de Navarra, celebrado esta mañana en el Monasterio San Salvador de Leyre con representantes de las instituciones forales y ciudadanos y ciudadanas que han participado en la ceremonia, de carácter civil y abierta al público.
Navarra ha revivido así esta tradición iniciada en 1973 en el enclave que custodia los restos de sus primeros monarcas. Como novedad, la ceremonia de este año se ha celebrado bajo la denominación ‘Día del Reyno de Navarra’. Cambia así el último nombre otorgado al evento, ‘Homenaje a los Reyes y Reinas de Navarra’, con intención de elevar el reconocimiento al “legado histórico” que ha dejado el Reyno en su totalidad, incluyendo tanto a la base social como a sus regidores y regidoras.
A su llegada, las autoridades han sido recibidas por el abad mitrado del Monasterio de Leyre, Juan Manuel Apesteguía. El acto ha dado comienzo con un recorrido por el exterior del monasterio del cortejo oficial, integrado por la Reina de Armas y los maceros, ujieres que portaban la ofrenda que se ha realizado ante el panteón real y las autoridades que representan a las tres instituciones forales: la Presidenta Chivite, la vicepresidenta del Parlamento, Ainhoa Unzu, y las consejeras y consejeros del Gobierno foral. Cerraban el desfile dos agentes de la Policía Foral de gala. Mientras avanzaba la comitiva, la Banda de Trompetas y Timbales del Gobierno de Navarra ha interpretado el Himno de Navarra, ‘Marcha para la entrada del Reyno’.
La ceremonia, retransmitida en directo a través de la Sala de Prensa del Gobierno de Navarra, ha contado también con la presencia de la delegada del Gobierno de España, Alicia Echeverría, y el Defensor del Pueblo de la Comunidad Foral de Navarra, Patxi Vera, además de parlamentarios y parlamentarias, representantes del Congreso de los Diputados y el Senado y de ayuntamientos, entre otras autoridades.
Navarra, “tierra de cultura y de gente científica" Al entrar en la iglesia abacial donde se celebra el homenaje, las autoridades han ocupado sus lugares frente al panteón real, ubicado en la zona central del templo. La Coral Nora de Sangüesa / Zangoza ha interpretado la pieza ‘Peligra naizela. Evocación del Sueño de San Virila’, de Pascual Aldave, bajo la dirección de Fermín Iriarte. A continuación, el historiador Iñigo Mugueta ha dado lectura a una reseña histórica en la que ha reivindicado a Navarra como una “tierra de cultura y de gente científica” ya desde época medieval, con un legado que ha llegado a nuestros días.
Acto seguido, el grupo de teatro Butaca 78 Eserlekua ha realizado un recitado teatral protagonizado por el juglar medieval o ministril de laúd Sancho de Echalecu. La escena, interpretada por Ion Barbarin y Marta Juaniz, ha servido para repasar hitos históricos y culturales del Reyno de Navarra, jugando con el contraste entre el pasado y la actualidad.
Al finalizar, la Coral Nora ha interpretado la ‘Cántiga de Alfonso X El Sabio’, tras lo que el abad Juan Manuel Apesteguía ha procedido a abrir la reja donde reposan los restos de monarcas navarros custodiados por la comunidad benedictina de Leyre, mientras que el coro de monjes del monasterio interpretaba la pieza del siglo X ‘Unam petii a Domino’, un pasaje del manuscrito de Laon, con acompañamiento al órgano de José Luis Echechipía.
Seguidamente, la Presidenta de Navarra, María Chivite, y la vicepresidenta del Parlamento, Ainhoa Unzu, han depositado ante el panteón real una corona de flores rojas con la leyenda ‘Navarra a su legado histórico / Nafarroak bere ondare historikoari’. En este momento, José Luis Echechipía ha tocado al órgano la pieza ‘Ofrenda’, compuesta para la ocasión.
El acto ha finalizado con la interpretación de ‘Gure gidari’, de la Coral Nora, y la pieza al órgano de ‘Nimrod’, de Edward Elgar. La comitiva oficial y el público ha salido del templo mientras sonaba el minueto del Himno de Navarra, tras lo que ciudadanía y autoridades han compartido un aperitivo junto al patio de la hospedería de Leyre.
Leyre, referente de pensamiento y “cuna espiritual” del Reyno Cabe recordar el especial significado que tiene el Monasterio San Salvador de Leyre en el devenir del antiguo Reyno, del que se considera su “cuna espiritual” y referente de pensamiento, ya que dotó a los y las monarcas navarros de herramientas para el gobierno y ha sustentado su memoria política y cultural.
Calificado como “centro y corazón de mi Reyno” por el rey Sancho III el Mayor, el milenario monasterio y la comunidad benedictina que lo regenta custodian los restos de los primeros monarcas de las dinastías Iñiga y Jimena, concretamente los de Iñigo Arista (primer rey de Pamplona, en el siglo IX), García I Íñiguez (siglo IX), Fortún Sánchez I (último rey de la dinastía Iñiga, siglo IX), Sancho I Garcés (siglo X), García Sánchez I (siglo X) y Sancho Garcés II Abarca (siglo X).