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Auriculares y tapones antiruido hechos a medida para prevenir la pérdida de audición de los jóvenes

/COMUNICAE/ Según un informe de la Organización Mundial de la Salud son 1100 millones de jóvenes en todo el mundo los que están poniendo su audición en riesgo por llevar a cabo prácticas auditivas perjudiciales, […]

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/COMUNICAE/

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud son 1100 millones de jóvenes en todo el mundo los que están poniendo su audición en riesgo por llevar a cabo prácticas auditivas perjudiciales, como sin duda subir el volumen de los dispositivos por encima de los 85 dBs. Usar protección creada a medida del canal auditivo del usuario con Otoscan de Otometrics es una de las soluciones que la tecnología de la auditiva más avanzada permite hoy día

Los profesionales de la audición advierten que escuchar música a través de los auriculares desde el smartphone o dispositivo MP3 a un volumen superior a los 85 dBs supone un riesgo para la salud auditiva, que aumenta en función del tiempo de escucha, y naturalmente, del volumen al que se haga.

Estos dispositivos cuentan con un volumen de salida de audio de entre 75 y 136 dB, que varía según la normativa de cada estado. El usuario medio fija el volumen entre los 75 dB y los 105 dB. Así, la realidad es que millones de jóvenes sobrepasan el límite, tanto de volumen como de tiempo de escucha, poniendo en riesgo no solo su audición futura, sino también la presente.

En este sentido, la labor de concienciación de los más jóvenes es fundamental ante dos realidades. Una física y médica: la pérdida de audición por ruido no se recupera. La otra, social: escuchar música en los cascos es una práctica cada vez más extendida. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud son 1.100 millones de jóvenes en todo el mundo los que están poniendo su audición en riesgo por llevar a cabo prácticas auditivas perjudiciales, como la de subir el volumen de sus dispositivos por encima de los 85 dBs durante muchas horas al día.

En países desarrollados, el 50% de jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 35 años someten sus oídos a un volumen de ruido perjudicial debido por el volumen excesivo al que escuchan música en los auriculares. Pero es que, además, un 40% de esta franja de población está expuesta igualmente a un grado de decibelios potencialmente nocivo en clubes, discotecas y bares.

En clubes nocturnos, discotecas y bares, los niveles medios de ruido pueden oscilar entre los 104 dB y 112 dB. En los conciertos de pop pueden ser aún mayores. En 15 minutos de música a 100 dB, los clientes de estos lugares pueden exponerse a niveles de ruido similares a los que absorbe un trabajador industrial en una jornada de 8 horas trabajando en un entorno sonoro de 85 dB. Los niveles de ruido en las instalaciones deportivas oscilan entre los 80 dB y los 117 dB.

La buena noticia es que la pérdida de audición provocada por el ruido puede prevenirse. Obviamente, la primera recomendación de los especialistas es la de mantener el volumen de los auriculares bajo. Aunque sea en un porcentaje pequeño, el tiempo medio de escucha de estos dispositivos hace que cualquier dB de menos sea una gran ayuda para la audición del futuro. Por otra parte, la regla del 60/60 es fácil de recordar. Por un lado, hay que limitar la exposición en el tiempo a no más de 60 minutos de escucha al día y a un volumen nunca superior al 60% de la capacidad del dispositivo. Ambas son excelentes medidas para que la salud auditiva de los jóvenes se conserve, a corto y sobre todo a largo plazo.

En todo caso, la privacidad en la escucha que dan los auriculares, personalizando musicalmente cualquier entorno, o lo que aporta escuchar música en directo de nuestros grupos favoritos, hace que los especialistas en audición, además de estos consejos preventivos, que siempre tienen algo de privativos, puedan aportar soluciones tecnológicas para prevenir las consecuencias negativas que comportan estos pequeños placeres de la vida cotidiana. Por ejemplo, acudir a conciertos con tapones antiruido hechos a medida del canal auditivo del usuario puede disminuir la intensidad del volumen entre 5 y hasta un 45 dBs, es decir, rebajarlo hasta el límite de lo admisible auditivamente. Y lo mismo sucede con los auriculares de los cascos. Si no tienen un sello hermético, se filtra el ruido de fondo, lo que hace que el usuario suba el volumen.

Hoy día, y gracias a la tecnología de Otoscan de Otometrics, los audioprotesistas fabrican tapones para los oídos o auriculares hechos exactamente a medida del canal auditivo del usuario. De esta forma, en primer lugar se atenúa ruido. Así, el tapón o el auricular se ajusta perfectamente a la anatomía del usuario y aisla mejor del ruido exterior. Además, son más fáciles de usar puesto que su forma es la del cuerpo y su uso no provoca un roce indeseado.

En menos de cinco minutos, el audioprotesista, con Otoscan y sus haces de luz láser, escanea el canal auditivo del paciente con una precisión total. Se genera entonces una imagen 3D que luego permite la fabricación de tapones antiruido o bien de auriculares para los cascos que sellan de manera hermética el exterior, impidiendo el paso de sonido de fondo, y haciendo que el usuario no necesite subir el volumen en el caso de los auriculares, y atenuando el exceso de decibelios en el caso de los tapones antiruido.

https://www.who.int/topics/deafness/safe-listening/es/

Fuente Comunicae

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